martes, 24 de septiembre de 2013

ESPIRITU GÜEVOLOQUERO

Echamos la mirada atrás y recordamos todas las salidas en bicicleta que juntos hemos realizado por esos caminos de Dios.
           Hemos rodado por carretera, cruzado pinares y encinares entrañables, volado por trialeras imposibles, subido cuestas en la punta del sillín y descensos vertiginosos;  aprendimos a movernos por arenales, canchales y terrenos pedregosos, cruzando tierras de barbecho o sembrados de cereales.
            En verano a 38 grados o a 3 grados bajo cero en pleno invierno; con niebla, lluvia o incluso nieve; y ahí estabas tú, José Luis, disfrutando del paisaje, de la ruta y sobre todo de nuestra buena compañía.
            Hemos compartido contigo un sorbo de agua, una barrita de cereales o una simple charla. 
            Nos hemos reído contigo en las caídas en los arenales...otras han quedado en un susto, e incluso hemos tenido algunas desavenencias que se diluían en unas burbujas de cerveza con limón.
            En las averías mecánicas ahí has estado y ahí nos has tenido para solucionarlo y continuar camino, fiel al espíritu güevoloquero.
             Has disfrutado de los aperitivos y meriendas en nuestra sede El Retiro, esas rabas, chorizo, queso, croquetas o las innumerables tapas que prepara Tomás, sobre todo ese calabacín rebozado que tanto te gusta.
             En definitiva,  uno más de esta gran familia que conformamos el Güevo Loco; Familia digo bien y con mayúscula, pues ahí afuera solo nos tenemos unos a otros, codo con codo como unos buenos hermanos.
             Así es el Güevo Loco y así seguiremos todos juntos contigo en esa cuesta empinada, esa trialera pedregosa, esos arenales o esos caminos pintorescos....y sobre todo en ese avituallamiento con unas jarras de cerveza con limón, unos pinchos de calabacín rebozado y muy buena compañía. 

              Creo que hoy salimos a las 6 de la tarde...allí nos vemos.